1er. Encuentro de Música Independiente de Inverno. Thrill Pop Festival
Pues Bien por el Thrill Pop Festival, un par de bandas que sonaron como se debe de hacer, con sentimiento, ganas y contundencia. Mal por que se tardaron mucho en que se diera el acceso y la verdad mucha gente ya se estaba desesperando (ya después gracias a Nayma nos enteramos del por qué y, al parecer, no fue culpa de los Organizadores, por cierto un saludo a ella), todo esto fue un esfuerzo conjunto de Rafa Villegas (Cat Ars), Sonido Crocante y La Lulu Roja, una vez más trayendo cosas interesantes que ver.
Después de haber sufrido un par de horas y una muy larga cola para entrar al Cultural Roots (ahhh también vimos un pedazo de canción de Miguel Mateos o Miguel Ríos, uno de los dos, en el Zócalo, jaja) pudimos entrar el recinto, el cual ya se encontraba con mucha gente en el interior, desde chavitos con playera de Austin TV y uno que otro con orejitas de conejo (claro no podían faltar), hasta muchos chicos y chicas Ibero (que están bien guapas por cierto), pasando por muchos chicos Trendy o como diría el Joy “que van de modernos”.
Por la muy larga cola que nos tocó hacer, sólo pudimos escuchar a Childs a lo lejos, lo cual nos incapacitó de disfrutar completamente la magia que crean sus sonidos y paisajes salidos de sus laptops y guitarras, pero pudimos ver a Les Tragiques y Austin TV, de las cuales no pienso comentar nada, sólo que no soy tan fan.
Pit er Pat:Liberados de la estructura musical basada en la Guitarra, el sonido de este trío nacido en Chicago, se mueve en las coordenadas de lo que podría llamar: un Avant Pop, más cercano al free jazz que cualquier banda post rock (como algunos los han catalogado). Rob Doran, Fay Davis-Jeffers y Butchy Fuego han encontrado su sonido en los pianos de Fay, dejando así un pequeño espacio en la ausencia de la guitarra que el baterista sabe tapar de una manera magnífica, y más si uno se deja seducir con la voz hipnotizante que acompaña a esta formación llamada Pit Er Pat.
Con unos pequeños problemas con el sonido, en especial con los micrófonos que hacían un feedback bastante incómodo en ocasiones, empezaron a ganarse a todo el respetable que ya ansiaba ver lo que éstos nos traían preparado. Después de haber hecho una minigira por el país (TJ, Puebla, Guadalajara y DF), empezó ese estallido orgánico que tartamudeaba de la interferencia a la que de alguna manera supieron sacarle provecho, creando una colección un tanto neurótica, en ocasiones, de misteriosos teclados y órganos acompañados por un ritmo de la batería que no dejaba de sorprenderme, mientras el bajo trazaba las líneas de acompañamiento de este juego musical (llegando en momentos a sonar muy parecido a una de sus principales comparaciones “The Blonde Redhead”).
Una de las principales fuerzas de la banda es el Ritmo que crea, el acercamiento Avant y Free Jazz al Pop. Algunas canciones sonaron más fuertes y musculosas que otras, llegando a dos puntos altos en esta presentación al sonar “Scared Sorry” de su primer Album (Shakey; Thrill Jockey, 2005) y esa casi instrumental “Swamp” de su último largo (Pyramids; Thrill Jockey, 2006), pero en ningún momento sonaron mediocres o faltos de fuerza, tan es así que se ganaron al público que se quedó hasta tarde para escuchar a las 2 bandas grandes del cartel y por mucho la más interesantes de la noche (junto Childs).
Si bien desde que había escuchado Shakey, hace ya un tiempo, me habían ganado, ver la manera que los instrumentos crean en vivo ese climax en las canciones, es impresionante, ya que si se disfruta enormemente del sonido en estudio, el recrearlo en vivo es algo más. Esto es lo que permite que la Música se mantenga viva, ver como la batería manica es sólo una pieza (muy importante tal vez) de este trío que se enriquece de la voz y teclados naif y a veces siniestros de Fay Davis, aderezados con una línea de bajo que mantiene un sonido, como lo dijo Rafa Villegas “un universo sonoro atrapado entre telarañas a la mitad del camino entre el sueño y la vigía”…así estos tres ejecutantes van reconstruyendo su sonido, siendo Pit Er Pat un grupo de tres jugadores talentosos que se presentan bajo la modalidad de una unidad sólida.
Marinho Aguilar A.
- CROSS - (2DA. PARTE)
La noche del dos de diciembre en el Cultural Roots fue un acto de congruencia y convicción, y no sólo un evento más como parte de Sonidos en el Aire.
Aparentemente no había nada de qué preocuparse, pero algunos imprevistos en la organización hicieron de la espera afuera del lugar de la cita, una verdadera prueba de resistencia para la mayor parte de los mortales que coqueteábamos con el viento frío de una noche defequeña, que anunciaba poco a poco ese sabor a The Ambum Leaf. Un poco de ese viento que no cala los huesos - al menos no a nosotros - pero que adormece a cuentagotas al subconsciente.
Más de dos horas de espera y luego ese reencuentro con el Roots. Les Tragiques, banda del DF de la que sólo diré que tocó antes que Austin, de los que sólo diré, que tocaron después de Les Tragiques. Tiempo perdido.
La espera ya había sido mucha. Para entonces, los ánimos mermaban de repente porque la accidentada logística del evento era omnipresente. Pero finalmente Rob Doran, Fay Davis-Jeffers y Butchy Fuego abandonaron el improvisado stand, que ellos mismos atendían, para subir al escenario. Entonces, su mala pronunciación de cantidades en pesos mexicanos se convirtió en una excelente muestra de empatía en el escenario y, a pesar de las fallas en el audio, el teclado de Fay, el bajo de Rob y el virtuosismo en la batería del chico Fuego, se adueñaron del lugar. La atmósfera se transformó entonces en eso que no termina de saber a jazz ó rock ó incluso el pop coloreado de avant del que ya ha hablado Marinho. Fue un placer desplazarse justo debajo del escenario para capturarles en imágenes, mientras se entregaban a ellos mismos y al lugar.
Pit er Pat es una amalgama de sonidos que se apoderó a fuerza de talento y sinceridad de la audiencia, muy a pesar de su modesta popularidad, que no le resta dignidad en el catalogo de Thrill Jockey, ante el peso de Tortoise, The Sea and Cake, Trans Am y demás alcurnia. Contundente.

Como por arte de magia y nuevamente, la banda en turno comenzaba a tocar casi en completa oscuridad, bañados únicamente por la iluminación de unos visuales que revelaban con timidez, una y otra vez, esa pequeña hoja suelta que The Album Leaf ha hecho un sello particular. Todo en su lugar, James Lavelle tomó las riendas y dibujó una suerte de radiografía de lo que ha creado desde 1999.




Independientemente de los pequeños detalles, el estado de ánimo jamás cambió: la música de TAL, mantuvo esa atmósfera de contemplación y de paisajes etéreos anegados de nostalgia y melancolía. Cada compás disolviéndose con el sólido ritmo de la batería a medio tiempo de Timothy Reece.



Felicidades a a todos los colectivos que organizaron y esperemos les hayan quedado muchas más ganas de seguir haciendo cosas. Esa madrugada rozando las 5 am, ha sido un amanecer por demás memorable.
Texto y Fotos
Buena Escucha
AH MIREN! Y SI LOS ENCONTRE.. PARA QUE VEAN QUE SI PUSE ATENCION EN 3 HORAS DE FILA.JAJA.. PUES DOS ACLARACIONES, 1. ERA MIGUEL RIOS, QUE PARA EL CASO ES LO MISMO Y 2.SEGUN YO, CHILDS YA NO TOCO, EL QUE ESTABA CUANDO NOS DEJARON ENTRAR ERA CACTUS.. A MENOS QUE CHILDS HAYA EMPEZADO A LAS 8...JAJA.. SALUDOS!
Posted by
Anónimo |
10:03 p.m.
Zu, que bueno que diste con el blog. Es bienvenida cuando quiera.
Muchas gracias por las aclaraciones y buena escucha.
Posted by
Anónimo |
3:09 p.m.
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